HISTORIA DE
LA COMPUTADORA
La primera máquina de calcular mecánica,
un precursor del ordenador digital, fue inventada en 1642 por el matemático
francés Blaise Pascal.
Aquel dispositivo utilizaba una serie de ruedas de diez dientes en las que cada
uno de los dientes representaba un dígito del 0 al 9. Las ruedas estaban
conectadas de tal manera que podían sumarse números haciéndolas avanzar el
número de dientes correcto. En 1670 el filósofo y matemático alemán Gottfried
Wilhelm Leibniz perfeccionó esta máquina e inventó una que también podía
multiplicar.
El inventor francés Joseph Marie Jacquard, al diseñar
un telar automático, utilizó delgadas placas de madera
perforadas para controlar el tejido utilizado en los diseños complejos. Durante
la década de 1880 el estadístico estadounidense Herman Hollerith concibió la
idea de utilizar tarjetas
perforadas, similares a las placas de Jacquard, para procesar datos.
Hollerith consiguió compilar la información
estadística
destinada al censo de población
de 1890 de Estados
Unidos mediante la utilización de un sistema
que hacía pasar tarjetas perforadas sobre contactos eléctricos.
Máquina analítica
También en el siglo XIX el matemático e inventor
británico Charles Babbage elaboró los principios
de la
computadora digital moderna. Inventó una serie de máquinas,
como la máquina diferencial, diseñadas para solucionar problemas
matemáticos
complejos. Muchos historiadores consideran a Babbage y a su socia, la matemática
británica Augusta Ada Byron (1815-1852), hija del poeta inglés
Lord Byron, como a los verdaderos inventores de la computadora
digital moderna. La tecnología
de aquella época no era capaz de trasladar a la práctica sus acertados
conceptos; pero una de sus invenciones, la máquina analítica, ya tenía muchas
de las características de un ordenador moderno. Incluía una corriente, o flujo
de entrada en forma de paquete de tarjetas perforadas, una memoria
para guardar los datos, un procesador
para las operaciones
matemáticas
y una impresora
para hacer permanente el registro.
Primeros ordenadores
Los ordenadores analógicos comenzaron a construirse a
principios del siglo XX. Los primeros modelos
realizaban los cálculos mediante ejes y engranajes giratorios. Con estas
máquinas se evaluaban las aproximaciones numéricas de ecuaciones
demasiado difíciles como para poder
ser resueltas mediante otros métodos.
Durante las dos guerras
mundiales se utilizaron sistemas
informáticos analógicos, primero mecánicos y más tarde eléctricos, para
predecir la trayectoria de los torpedos en los submarinos y para el manejo a
distancia de las bombas
en la aviación.
Ordenadores electrónicos
Durante la II Guerra
Mundial (1939-1945), un equipo de científicos y matemáticos que
trabajaban en Bletchley Park, al norte de Londres, crearon lo que se consideró
el primer ordenador digital totalmente electrónico: el Colossus. Hacia
diciembre de 1943 el Colossus, que incorporaba 1.500 válvulas
o tubos de vacío, era ya operativo. Fue utilizado por el equipo dirigido por
Alan Turing para descodificar los mensajes de radio
cifrados de los alemanes. En 1939 y con independencia
de este proyecto,
John Atanasoff y Clifford Berry ya habían construido un prototipo de máquina electrónica
en el Iowa State College (EEUU). Este prototipo y las investigaciones
posteriores se realizaron en el anonimato, y más tarde quedaron eclipsadas por
el desarrollo
del Calculador e integrador numérico digital electrónico (ENIAC) en 1945. El
ENIAC, que según mostró la evidencia se basaba en gran medida en el ‘ordenador’
Atanasoff-Berry (ABC, acrónimo de Electronic Numerical Integrator and
Computer), obtuvo una patente que caducó en 1973, varias décadas más tarde.
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